Final Fantasy 5: la última línea de defensa
So who's to blame for the stormy weather? You're never gonna stop all the teenage leather and booze - Sonic Youth
La humanidad elegiría pensar que puede soportarlo todo y que su resiliencia le permite poder adaptarse a lo que sea que el contexto le arroje, pero hay cosas que van más allá de lo permisible y con las que nuestras conciencias no nos dejan vivir. Es ahí donde entra el idealismo y la idea de no ceder ante el poder así la desigualdad de condiciones sea monstruosa y apabullate. Los Edelweißpiraten (“Piratas de Edelweiss”) fueron un grupo de adolescentes de entre 14 a 17 que en un nivel fundamental se oponían a Hitler y al nazismo, y se abrieron de las juventudes hitlerianas al punto de abandonar la escuela para evitar conscripciones forzadas. A pesar de ser enviados a campos de concentración, ser secuestrados o golpeados, el grupo pasó la Segunda Guerra Mundial realizando sabotajes, atacando patrullas, ayudando desertores, organizando protestas contra el partido, y manteniendo una subcultura que rechazaba los pilares de la sociedad nazi. La diferencia que hicieron fue la más importante del día a día: la que pudieron.
Galuf cayó en combate y Exdeath huyó con la cola entre las piernas, pero en posesión de los cristales que quedan en este mundo. Enfrente del antiguo arbol guardián cuatro guerreros de la luz se juntan y hacen un juramento: seguir al terrible mago hasta su castillo y enfrentarlo para salvar el mundo. Un detalle a remarcar: este juego marca la primera y última vez en la historia de la saga principal que tendríamos control de más personajes mujeres que varones - Bartz, el aventurero y el único pibe, está acompañado por Krile, princesa de Baal, Leena, princesa de Tycoon, y Faris, capitana pirata.
Por si quedaba alguna duda de que la temática principal del juego es heredar la voluntad de tus predecesores, ni bien el grupo entra al palacio de Exdeath se dan cuenta que no saben por donde progresar. Kelger, de los Cuatro Guerreros del Amanecer, siente la muerte de su compañero Galuf y se da cuenta que su momento de morir llegó también: utiliza lo último de su poder para derribar la ilusión del castillo y mostrarles su verdadero aspecto a los héroes a costa de su vida. Ahora ven estas paredes hechas de carne que pulsan a medida que la sangre las recorre, cual si fuera un Silent Hill - pero el camino está claro, y está protegido por Gilgamesh.
Decir que este combate con Gilgamesh es épico es poco - para empezar, volvemos a oír Battle at the Big Bridge (jeh), mientras que Gilgamesh además de intentar derrotarnos nos charla porque nada le gusta más que enfrentarnos en combate. El tipo siempre fue gracioso, pero en esta pelea tira líneas estilo “debo decir que disfruto mucho de estos encuentros, siento que ganamos un cierto nivel de entendimiento” como si fuera un pibe de recursos humanos pero mientras te tira ataques que te dejan en 1 de vida. En un momento, Gilgamesh te tira “Che, ¿qué pasó con el viejito copado ese que andaba con ustedes?” y Krile le dice “se enfrentó a Exdeath y…”, y Gilgamesh responde “Ah… veo.” No la bardea, no opina, y hasta muestra un cierto respeto, que lo humaniza un montón. Pero, la mejor línea de todas es cuando rompe completamente la cuarta pared y tira “¡Suficiente exposición y charla! ¡Ahora peleamos como hombres! ¡Y mujeres! ¡Y mujeres que se visten como hombres! Para Gilgamesh es morphing time,” como si fuera un power ranger.
Una vez transformado, Gilgamesh dice que te va a pegar con la espada más poderosa de todas - la Excalibur. Pero, cuando el chabón empieza a tirar ataques, considerando que goples anteriores eran potentísimos y te sacaban tipo 300-800 de daño, ahora de repente te saca 2, 3. Resulta que el chabón no agarró la Excalibur, tiene la Excalipoor (un juego de palabras tipo “Excalipobre”), que es básicamente el chiste de los Simpsons de “yo siempre tomo mi… ¿lache?” Eventualmente, Exdeath se hincha los huevos y lo destierra a otra dimensión por su fracaso, dando fin al combate.
Finalmente, los héroes continúan avanzando y encuentran a Exdeath con los tres cristales que quedan, y ahí el villano confiesa su plan: retornar al mundo a su forma original. Nunca explica qué significa esto.
Ahí empieza una pela final que es relativamente fácil - casi una decepción. Aunque Exdeath finalmente cae derrotado, el tipo usa lo último de su fuerza para romper los tres cristales que quedan.
Así, los cuatro guerreros de la luz pierden la conciencia (¿otra vez?), y cuando la recuperan, se dan cuenta de que están en las afueras del Castillo Tycoon. Si venís prestando atención, te darás cuenta que esto es imposible - eso es el mundo de Lenna y Faris, no en el de Krile. Pero, los guerreros van a él y se reencuentran con la población del palacio que los reciben como héroes y hacen un banquete para celebrar el regreso de Lenna y su hermana mayor, Sarisa/Faris. La parte más cómica es cuando la presentan a Faris, que tras toda una vida de piratería nunca nadie la vio en vestido y ahora anda re incómoda. Para peor, Bartz anda todo sonrojado como un boludo por esta piba que estuvo al lado suyo todo el juego y recién ahora le cae la ficha que es preciosa. Krile, le pregunta “che, estás muy boludo, ¿te pasa algo?” y el chabón medio que no se hace cargo.
La cuestión es que mientras Lenna y Faris están ocupadas con el protocolo, los bailes y todas esas cosas, Bartz y Krile están ahí pensando cómo carajo llegaron a Tycoon. Finalmente deciden que van a dejar a sus compañeras detrás y dar una vuelta a ver qué pueden descubrir que explique lo que pasó, aunque Krile protesta que deberían llevar a las chicas. En la cueva de los piratas cerca del palacio, Bartz se reencuentra con Boko, su chocobo, que ahora está casado (???) con una chocobo que se llama Coco. Sin embargo, Boko accede a llevarlos y así tenés tu modo de transportarte. Es en este punto que comenzas a notar que el mundo está cambiado y el mapa es diferente - de hecho, ya la cueva de los piratas no es un callejón sin salida, sino que podés pasar detrás y seguir viaje hasta que te caes por un pozo y te ataca un bicho.
La pelea es fácil, pero Bartz y Krile no pueden salir del pozo donde se cayeron. A los pocos minutos los rescata Faris, de vuelta en su uniforme de pirata, que medio que los boludea con la soga y se las corre para que no la puedan agarrar. Cuando finalmente están afuera, les dice “A ver, ¿de quién de ustedes fue la brillante idea de dejarme atrás?”, y Bartz y Krile se empiezan a señalar entre ellos cosa que Faris no los cague a pedos. Finalmente, con los metafóricos huevos llenos, Faris les dice que ni se les ocurra hacer eso de nuevo, porque ella no está como para andar de princesa - es una capitana pirata.
Los tres continúan viaje hasta que llegan a una cueva donde alguien pide auxilio. Cuando se meten, dan vuelta a una tortuga, y resulta que es el sabio Ghido, del otro mundo. Ghido confirma que, efectivamente, a esto se refería Exdeath con “devolver al mundo a su forma original”: los dos mundos ahora están fusionados. El motivo por el que había dos mundos es porque en la antiguedad, una civilización perdida separó el mundo en dos para contener el poder de the Void (“el vació”) entre ambos. Este es literalmente un poder que todo lo consume y destruye, y solo tiene fines malvados.
Ghido comenta que hace 1000 años, el legendario hechicero Enuo creó este poder que solo pudo ser contenido por 12 guerreros usando armas legendarias para derrotarlo. Ahora que el mundo vuelve a estar unido, cualquiera puede volver a usarlo. Acá pasa algo medio raro: Krile se viene quejando hace un par de escenas que una astilla le rompe las bolas. Resulta que esta astilla es literalmente Exdeath, escondido en su dedo - primero la astilla se convierte en rama, en planta, y en Exdeath que todo este tiempo estuvo vivo pero oculto. El chabón ahora quiere el poder de The Void y está al alcance de sus manos. Ghido lo enfrenta en combate, y Exdeath una vez más sale rajando, pero de pura mala leche el man comienza a formar literales agujeros negros sobre diferentes pueblos del mundo, absorviendolos en un vacío. Entre los reinos tomados, se encutra Tycoon, y vemos a Lenna ser absorvida junto a toda la población.
¿Ahora murió Lenna? La reputísima madre. Encima de que te hace cagar de bronca, es re anticlimático y no podés hacer absolutamente nada. Pero, el sabio Ghido te dice que si vas a la Pirámide de Moore, podés encontrar las llaves para buscar las armas legendarias que permitan derrotar a Exdeath y te entrega un libro con la profecía para que vayas. En esta pirámide antigua hay bichos onda momias, medusas, serpientes y cosas así muy del sureste europeo, Egipto o Asia menor. Pero, lo más colgado es cuando ves estos robots que se llaman Machine Heads, que terminan de confirmar la teoría que esta es, efectivamente, una ciudad antigua de los mismos tipos que hicieron flotar ciudades y coso. En FF5, el mundo sufrió una regresión al medievalismo más clásico/mágico en vez de avanzar en lo tecnológico, y no necesariamente está mejor por ello, que es un concepto copado.
Otra cosa cool que pasa es que te enfrentás a un minotauro, y cuando lo derrotás, te promete que su hermano te va a hacer cagar. Más adelante, te encontrás a otro minotauro, que es más chiquito, pero pega como un camión, y es adorable. Recordá los dos hermanos minotauros para cuando hablemos de juegos futuros.
Finalmente en la cima de la piramide encontrás la dichosa tableta de piedra a los diez mandamientos, pero resulta que no hay boss. Al tomarla, la plataforma donde descansaba se comienza a elevar y te lleva fuera del lugar, pero en ese momento pasan cosas. La tableta menciona a un Rey Bahamut, y desde la altura de la pirámide, los guerreros ven a una península hundirse mientras sale un dragón de abajo del agua. Vos, que acostumbrado de todo un juego donde al final de cada dungeon hay un boss, te ponés en guardia pero en vez de eso el dragón te dice “te voy a estar esperando en la montaña del norte”. Ok, polilla. Además, cuando se hundió la peninsula, tu viejo barco volador cayó al agua, y la corriente de a poco lo acerca hasta vos - recuperaste tu medio de mobilidad.
Camino al barco, los héroes pasan por un bosque y de la nada escuchan el rugir de un hiryu que desciende y deposita a Lenna en el piso. Por supuesto que el chabón va a salvar a la piba que lo ayudó antes.
Los héroes corren hasta Lenna para chequear qué onda, pero un poder mágico los ataca. Resulta que en el cuerpo de la piba habita un demonio, Melusine, que viene de The Void y le ofreció su lealtad a Exdeath a cambio de escapar. Los héroes medio que agarrados de sorpresa no saben qué hacer, así que Exdeath aprovecha para destruir más pueblos y matar a Ghido y los sabios de la biblioteca. Una vez más es el hiryu el que salva las papas al tirarse encima de la piba cuando está distraída, cosa de explulsarla - aunque este ataque lo deja herido y vuela para escaparse. Los héroes se levantan del piso recontra determinados y arranca el combate contra el boss que estabas esperando. Los héroes ganan la pelea, y ahora sí, por fin buenas noticias: Lenna está viva.
Lenna intenta llamar a sus amigos, pero literalmente si vas al menú, vas a ver que está noqueada y fuera de combate en un raro caso de expresar narrativa a través de las mecánicas, algo que Final Fantasy no hace mucho. “El castillo… Estaba rodeada de la más terrible oscuridad” es todo lo que llega a decir. Así, la llevás hasta el barco, y ahí un poco más despierta, Lenna dice que el agujero negro que apareció sobre Tycoon es una entrada al espacio físico donde existe el poder de The Void. Los héroes deciden ir a ver qué onda, pero ni bien despegan, Exdeath demuestra más de su poder y continúa destruyendo pueblos - entre ellos Lyx, el hogar de Bartz, que lo hace enojar tanto que el tipo arranca a los volantazos y casi rompe la nave. Esto puede parecer boludo, pero el tropo del pibe que se enoja y reacciona mal ante la adversidad es un clásico de la ficción - a la vez que las historias de “este chabón se enojó y le pegó una piña a la pared” son sorprendentemente frecuentes. Por suerte, los amigos le dicen que no sea pelotudo y que haga algo útil como juntar el power para ir a hacer cagar a Exdeath que es medio batir la justa y no dejarlo pasar vergüenza.
Este es el punto con tus 4 héroes, tu nave voladora y coso que realmente comienza el contenido opcional, y hay muchísimo. Por ejemplo, si vas a la base pirata de Faris, te vas a encontrar con una visión de Syldra. La criatura, resulta, no está ahí realmente sino que es una aparición, su espíritu. La criatura se despide de Faris antes de convertirse en una invocación para el job summoner. A la vez, en la cima de una torre llamada Phoenix Tower, los héroes encuentran a Hiryu que está herido, y está muriendo, pero que vino acá para hacer algo con sus últimas fuerzas. Hiryu muere pero se convierte en la invocación Fénix tras despedirse de Lenna - literalmente renaciendo de sus cenizas. Sí, acá fénix es un dragón. A la vez, hay tres otros templos a visitar como la piramide - Island Shrine, el altar en la isla, Great Sea Trench, la gran fosa marina que podés explorar en tu submarino, y Istory Falls, las cataratas de Istory, cada uno de ellos protegido por un demonio enviado por Exdeath. Todos estos te dan una tableta que permite reclamar otras 3 de las 12 armas hasta completar la colección, pero es contenido opcional.
Lo otro que podés hacer es ir a una torre que se llama Fork Tower (“torre del tenedor”) para conseguir los hechizos Flare y Holy, los dos más fuertes del juego en magia negra y blanca respectivamente. Pero, el detalle más loco es que cuando visitás a Cid y Mid, los chabones hacen que tu airship agarre una función submarina. Lo que sigue es algo que recompensa después de haber jugado todo el juego y que constantemente estuvo en la mente del jugador que prestó atención.
Resulta que si te acordás, en la Torre de Walse donde encontraste el cristal de agua, quedó una pieza de cristal que nunca buscaste. Ahora, con un submarino, podés volver al área y explorarla otra vez. Eso sí - como es debajo del agua, tenés un límite de tiempo. Al final del dungeon, te vas a encontrar a Gogo.
No te vamos a decir que esto es una secuencia a lo Metal Gear Solid, pero sí que Hideo Kojima pensaría que está buenísimo. Gogo, el mímico (¿o mímica? nunca aclaran). dice que nos va a imitar cada uno de nuestros movimientos, y si lo atacás con magia o ataques físicos, va a contestar con los ataques más poderosos del juego. Lo peor es que si te tomás el trabajo y estrategizas para ganar, el chabón va a hacer un triple ataque con Meteor y matarte sí o sí a menos que estés en niveles altísimos, exagerados, imprácticos. Y mientras tanto, el reloj corre y te quedás sin aire.
La única alternativa, entonces, es usar su misma estrategia: imitarla a ella. Si te aguantas los nervios y te quedás quieto, Gogo eventualmente te felicita y te da la pieza de cristal que te faltaba: ahora tenés acceso al job Mimic que te permite imitar lo que haya hecho tu personaje anterior, totalmente sin costo, y está rotísimo.
Finalmente equipados con armas legendarias, con muchas de ellas basadas en leyendas muy facheras (“Apollo’s Harp”, de la mitología griega, “Excalibur” de la mitología inglesa, “lanza sagrada” basada en la lanza que Longinus usó cuando Jesús estaba crucificado, “Masamune” por el herrero japonés del 1200, o el arco de Yoichi por el legendario arquero nipón), los héroes proceden al vacío sin idea de qué los espera.
Cuando los cuatro guerreros de la luz marchan al vacío, determinados y cargando los sueños y esperanzas de todos los que los precedieron y ayudaron en el camino, es el momento más clásicamente shonen de Final Fantasy 5. En cualquier otro videojuego, sabés que la historia va a tener un final que te satisfaga y cierre este viaje de amistad, aventura, coraje y devoción, pero va a ser terrible tu sorpresa cuando sepas que no necesariamente va a ser así.