Final Fantasy 6: Locke es un cazatesoros pero se robó tu corazón
I've been caught stealing, once - Jane’s Addiction
¿Podés ser un caballero y un ladrón a la vez? Pierre Alexis Ponson du Terrail con Arsène Lupin dijo que sí. En la serie de novelas del siglo XIX, el autor presenta un tipo bueno que actúa del lado incorrecto de la ley, y para hacer el bien tiene que enfrentarse a la policía y otras fuerzas del orden. Así, en las novelas leemos cómo escapa de la policía, quedando siempre un paso adelante con astucia e ingenio mientras roba algún objeto precioso que puede o no tener algún componente mágico tipo la fuente de la juventud o una piedra maldita. Sin embargo, la gracia es que Lupin es un caballero. No suele robar por el valor económico en cuestión, ni por la aventura en sí misma: hace lo que hace usualmente porque es lo correcto y de algún modo está corrigiendo un mal.
“Ladrón que roba al ladrón tiene 100 años de perdón”, dice el dicho que en cierto modo justifica la versión más romántica del amigo de lo ajeno. En una saga cuya identidad temprana está formada por aquello que toma de otro lado y la inspira, y cómo se lo remixa para crear algo nuevo, es increíble que hayamos tenido que esperar seis juegos para tener una figura como Locke. Pero, en cierto modo no sorprende que este personaje haya aparecido como creación de Hironobu Sakaguchi en el momento que dejó el rol de director de la saga para convertirse en su productor.
Sakaguchi creó dos personajes para Final Fantasy 6: Terra, la hija de dos mundos con poderes sobrenaturales de magia y por otro lado Locke, un bandido buenudo. El staff contó en entrevistas que en un principio Locke era un tanto más oscuro, más viejo, y tenía la capacidad de usar la habilidad Runic que tiene Celes (de hecho, Celes era su “arma”) y en cierto modo era un amigo de Terra y también un rival, una relación medio a lo Cecil y Kain de FF4. La idea, se ve, era plantear dos personajes “opuestos”, pero eventualmente el desarrollo llevó a otra cosa.
“A medida que consolidamos el personaje, su personalidad se hizo más abierta y le transferimos la habilidad “Runic” a Celes. En definitiva, se volvió más tradicionalmente un joven y un personaje que ayudara a mover la historia adelante”, contaron. Por medio de este cambio podemos interpretar que Terra queda como el personaje ideal, el de la virtud mágica, el superhéroe y la “elegida”, pero con Locke queda como algo más personal. El ladrón honesto, en cierto modo, se parece más a Sakaguchi mismo: un pibe buena onda que mejora con los demás, que toma cosas de otro lado y las aprovecha para hacer algo mejor. ¿No es eso Final Fantasy, en definitiva?
Locke comparte su nombre con el filósofo John Locke, y medio que no es casualidad la elección de nombre. En sus escritos, el inglés dice que todos los individuos tienen derechos naturales inherentes, como el derecho a la vida, la libertad y más - liberalismo clásico de burguesía contra monarquía. En este marco, no es raro que justo Locke sea el que se opone a un gobierno imperialista. Si bien los autores nunca dijeron nada al respecto, está claramente elegido a propósito.
Desde que conocemos a Locke al principio del juego vemos a un aventurero lleno de coraje que no teme dar su vida para proteger a los demás, especialmente si son mujeres. Es medio enamoradizo, pero es imposible dudar de su coraje. Parece el tipo más desinteresado del planeta, que piensa siempre en los demás y que se juega por todos. Si bien no es el elegido ni el que “tiene” la magia, sí es el investigador, el infiltrador, el de los contactos y el tipo justo para liderar cualquier expedición especial.
Sí hay una cosa medio chauvinista y protectora que, lo que “roba” dos veces en el juego son mujeres (primero a Terra en la apertura, y luego a Celes)... pero dado que no es una cosa de gratificación sexual o algo así, no es grave. Nomás es lo correcto, según él, y es parte de lo que lo hace un “héroe”. De hecho, es uno de los que más usamos durante la primera mitad del juego y que tiene más secuencias “obligatorias”. Sin embargo, su arco de personaje para la segunda parte del juego es exactamente lo opuesto: es él poniendo primero un asunto personal y casi no apareciendo.
Imaginate que estuviste peleando en una revolución, el mundo termina, y no solo quedaste del lado de los perdedores sino que todos tus amigos están muertos. A lo largo de toda esta segunda mitad opcional vamos a ir reencontrándonos con nuestros aliados para contarles que en realidad no es tan así, que varios siguen vivos, viendo qué fue de ellos y qué estuvieron haciendo. La mayoría, a su modo, siguieron peleando o cayeron en una terrible depresión y tendrán su trama personal. En el caso de Locke, completamente solo, decidió ir y cerrar ciclos. La primera parada es el legendario tesoro del que hace medio juego nos está hablando: el tesoro que sirve para revivir a los muertos y usarlo en su ¿ex? Rachel.
La historia de Locke y Rachel es algo que te cuentan en la primer mitad del juego en una conservación opcional, pero es medio clave para entender al personaje, sus acciones y su relación con las mujeres. Explicado por sus autores, “de chico, Locke viajó por el mundo con su padre, un cazador de tesoros. Tras la muerte de su padre, Locke fue tratado como un ratero por todo el mundo excepto por Rachel, quien todavía se refería a él como cazador de tesoros. Pero el propio padre de Rachel no aprobaba la relación. Locke se aventuró en una caverna peligrosa en busca de un gran tesoro que probara que era más que un ladronzuelo. No tenía forma de saber qué terrible destino caería sobre Rachel en su ausencia…”
En toda la primera mitad del juego vimos a Locke intentando proteger a cuanta persona pudiera, especialmente mujeres, de cualquier injusticia percibida por no haber podido hacerlo con Rachel cuando atacó el imperio. En un principio parece que es una cosa medio de hacerse el banana, luego de que quiere algo con ellas, pero finalmente vemos que se trata de un peso que siente y marcó toda su personalidad. El tipo se siente en deuda con el mundo, que le dio algo (un verdadero tesoro, el amor) y él no supo cuidarlo. Pero, más allá de lo que sienta él, ¿qué culpa tiene alguien de que haya una dictadura y la gente la pase horrible? Racionalmente, nada, pero a nivel emocional, no puede quedarse a un lado mientras el Imperio hace lo que hace.
La gracia de la segunda mitad de Final Fantasy 6 es que salvo estrictamente Celes, Edgar y Setzer, absolutamente todos los demás personajes son opcionales. Sin embargo, y aún así, Locke no solo es opcional sino que es difícil de obtener. Para poder reclutarlo de nuevo, tras oír varios rumores por el mundo de este ladrón o aventurero que está buscando un tesoro legendario, nos enteramos que tenemos que ir a “donde las montañas forman una estrella”. Este dungeon no es una pavada: tenés que formar dos equipos y colaborar entre ambos para progresar. O sea, idealmente, deberías tener 8 personajes medianamente bien armados, lo que requiere más o menos haberte pasado un cuarto más de juego. En la teoría, en el canon y por cómo plantean la cosa, Locke es el último.
El dungeon en sí está lleno de enemigos de nivel relativamente alto, y es una cueva donde cada grupo va activando switches para darle paso al otro grupo. Lo que es más, hay una mecánica bastante original que habla de lo que hace Locke: cada cofre que abras estará vacío. El aventurero ya tomó los contenidos, y recién cuando llegues al final, te entregará todos los items que hubieses agarrado. ¿Significa esto que tenés que ignorar los cofres? No, aquellos que no abras permanecerán canónicamente cerrados: nomás te están haciendo esperar.
Al llegar al final del dungeon te vas a encontrar con que Locke ya consiguió lo que quería: una magicite de Phoenix, o Fénix, lo que estuvo buscando todo el juego, pero que está quebrada. Así y todo, Locke (acompañado por Celes) vuelve a Rachel, e intenta usarla. El hechizo alcanza para que ella recupere la conciencia y le diga que con él fue feliz antes de morir de nuevo. Eso sí, le dice que espera que sea feliz, aprenda a amarse nuevamente, y pueda amar a alguien más. Cuando Celes se acerca para preguntarle si está bien, él contesta que se siente más liviano que nunca, nos da los items, la magicite renacida de Phoenix (es buenísima y enseña algunos de los mejores hechizos del juego), y nos dice que tenemos una cita con Kefka.
La cantidad de escenas entre Locke y Celes termina sugiriendo una conexión romántica que nunca se materializa del todo, al menos no en pantalla (algunos fade to black son medio… sugerentes). Pero FF6 presenta mil oportunidades de leer entre líneas con todos los personajes y medio que no culparíamos a nadie que los “shipee”. Si bien los autores no dijeron nada al respecto, es algo muy típico de la narrativa japonesa que los héroes nunca concretan, algo que incluso hoy se mantiene con los integrantes de grupos de pop o actores para mantener una imagen de “pureza” que aparentemente gusta al público masivo oriental.
Esto aplica doble en los videojuegos o manga donde son una masa de píxeles o tinta escritos por alguien y no personajes reales con deseos. A menos que la historia sea específicamente pensada para ser un romance o tener un componente, generalmente eligen omitirlo o minimizarlo. Por ejemplo, lo más cercano que tuvimos en FF4 fueron dos abrazos entre Cecil y Rosa, que se supone que son pareja. Para tener un romance full, full, habría que esperar hasta FF8. Sin embargo, si acá lees entre líneas, claramente está ahí, y se lo enfatizaría en todos los juegos que le siguieron.
¿No son los pibes buenudos que rompen con la inacción la quintaesencia del protagonista de Final Fantasy? Cecil, el protagonista masculino de FF4 era un caballero oscuro convirtiéndose en paladín, Bartz de FF5 un viajero que decidía finalmente involucrarse, y Locke de FF6 tiene algo de eso. Así, nos presentan un arquetipo a lo Robin Hood o Arsène Lupin, que del lado incorrecto de la ley hace todo por una causa justa. Sí, es un ladrón (“cazatesoros”, dice él) que en realidad es medio tipazo y aprovecha su habilidad para el sigilo y moverse en la sombra para espiar, ayudar a los Returners a organizarse. Casi el 100% del juego depende de que él haga las acciones que hace, y sin él medio que no hay historia… pero esto podría decirse de muchos otros personajes.
Liz Delf y Marisa Williams definen en La Guía de Términos Literarios de la Oregon State University a un protagonista como “el personaje que empuja la acción, el del destino que más nos importa. En otras palabras, son parte de—y a menudo el centro de—el argumento o conflicto de la historia, pero también suelen ser el corazón emocional de la narración.” En cierto modo, esto aplica a Locke, pero también a Terra, a Celes, a Edgar, y más. No es que a Locke no le de la nafta para ser el héroe principal, sino que Final Fantasy 6 está diseñado para que esta carga sea compartida, algo que hace que en el proceso la definición se diluya. Así, termina resultando que no, Locke tampoco es el protagonista. Pero lo hay, y te vamos a contar quién es en una próxima entrega.