Final Fantasy VI: la injusticia no se puede dejar pasar
Abyssinian, he had a Spanish wife and for your cause you will test their lives. For five hundred years, war, war, war. - Shipping News
Para 1860, cuando Buenos Aires acepta firmar la constitución federalista que las demás provincias de Argentina proponen, Japón aún estaba oficialmente en período feudal. A partir de esa era se da el conflicto entre los Ishin Shishi que se enfrentan al shogunato y su brazo armado, el shinsegumi, para convertir al país en una monarquía moderna. Ambos lados tenían sus argumentos, pero finalmente los Ishin Shishi ganan y dan a todos los habitantes la posibilidad de tener apellidos. También prohíben portar espadas a los nobles para equiparar a la población. Sin embargo, si conocés cómo sigue la historia, a pesar del esfuerzo noble de los restauradores y de sus mejores intenciones; sabrás que el nacionalismo eventualmente pervirtió el ideal de república para convertir a Japón en el Imperio que tan solo un par de décadas después se uniría a las fuerzas del eje para la Segunda Guerra Mundial.
El escenario de Sabin es el que expande el mundo e intenta despertar a cualquier dormido que haya quedado con dudas de que el Imperio es un enemigo a combatir. Al poco tiempo de llegar a la costa, el protagonista de este mini arco llega a una cabaña donde hay un viejo raro que parece haberse vuelto loco y se irrita cada vez que hablan de niños - algo que será relevante mucho más adelante. También encuentra a Shadow y su perro Interceptor, quienes aceptan acompañarlo en el próximo tramo. Este personaje es bastante interesante por combinar elementos de estética cowboy con el ninja tradicional. Escuchá su theme y decime que no te da vibes de un spaghetti western… o sushi western, quizás. La cuestión es que acá hay una mecánica en movimiento que él mismo te advierte: te va a acompañar mientras quiera, pero cuando le plazca se va a ir y literalmente abandonará el equipo. Todo muy fiel a su presentación: va a donde el viento lo lleve. Insoportable, increíblemente cool.
Entre los dos llegan al reino de Doma, una nación independiente muy basada en Japón, que está siendo asediada por el Imperio. Sabin espía desde las sombras y ve a dos personas: primero a Kefka y segundo a Leo, dos de los generales que aparecían en los flashback de Terra. No podrían ser más distintos. Leo le insiste a los soldados que no desperdicien sus vidas y quiere mantener un asedio limpio hasta que el enemigo se rinda, pero Kefka tiene la idea de matarlos a todos. Esto se va a contraponer con un tercer personaje desde cuyo punto de vista se nos narra lo que ocurre dentro del castillo.
“Fiel siervo del señor de su familia, con el coraje y fuerza de 1000 hombres” lee la presentación de Cyan Garamonde, un tipo con armadura de Samurai, una katana y la particularidad de parecer el más viejo de todos los protagonistas jugables. A ojo parece estar llegando a los 50 y contrasta bastante con el resto, todos de 18 a veintipocos. En su primera aparición ya vemos qué cosas le importan: la familia, el honor y la fuerza. Cuando el Imperio intenta atacar las puertas de Doma, el tipo sale y confronta directamente al general enemigo cual Héctor contra Aquiles. Pero en oposición a la épica griega, Cyan se impone sobre el rival haciendo que los agresores huyan para replegarse. Si un día alguien adaptara FF6 a una serie de TV o película, esta escena sería impresionante. Ya en los gráficos del juego podés simplemente sentir la tensión en el ambiente cuando las espadas chocan a medida que el sol cae al atardecer.
Después de la incursión el primer general recibe una carta pidiéndole que regrese a Vector, la capital imperial. La operación entera queda a cargo de Kefka. Leo, que es un tipo que cumple órdenes, obedece y le pide al payaso que no tome decisiones apresuradas y mantenga el decoro. Ni bien sale del campamento su compañero lo ignora y envenena el río, matando a casi toda la población de Doma; a pesar de los esfuerzos de Sabin y Shadow por detenerlo. Esta situación no está del todo bien representada. Ves a la gente caer a medida que el río circula por el palacio, pero parece ser un veneno medio raro y no se entiende exactamente a quiénes afecta. No distinguimos a la población bebiendo, pero tampoco queda claro si el río produce gases o qué pasa.
La escena es bastante desprolija, pero eso no la hace menos potente a nivel narrativo. Cyan recorre el palacio y ve a su rey sin vida en la sala del trono. Todavía peor, al llegar a sus aposentos se encuentra con su esposa e hijo también muertos. La ira se lleva su cordura y el samurai sale a matar cuanto imperial se le cruce, insultando a los cielos. Es en ese momento que se encuentra con Shadow y Sabin, quienes lo convencen de huir para pelear juntos. Los vemos robar unas armaduras magitek y escapar en dirección al bosque. Lo interesante acá es cómo el juego pasa de la oscuridad y potencia de esta escena, a un pase de comedia con: “Cyan es viejito y no entiende cómo se manejan estos robots”.
La secuencia es increíblemente intensa porque contrapone tres tipos diferentes de soldado en forma de Kefka, Leo y Cyan mismo. Kefka es un sádico absoluto dispuesto a cumplir el objetivo a cualquier costo, no importa cuántas muertes lleve. Echar veneno para matar a toda la población de un castillo acá es equivalente a tirar una bomba atómica, o usar napalm como en la guerra de Vietnam. Por el contrario Leo es un tipo nacionalista que lucha por su patria y su imperio, pero le importa proteger la vida de los suyos y no causar muertes innecesarias. Cyan es más parecido al segundo. Está bancando un asedio, pero su motivación no es solo la patria sino también su familia. Todos se justifican detrás de proteger los intereses de su nación y su soberanía, pero cada uno tiene un modo diferente de encarar la guerra.
Sabin aparece en la escena como representante de los rebeldes. Leo lo ignora por completo, pero Kefka lo confronta porque lo ve como un obstáculo para su dramático plan. Finalmente Cyan, que acaba de pasar una tragedia terrible, deja todo de lado y se une a él porque no tiene nada más que perder. Estas tres reacciones marcan aún más la diferencia entre ellos. Son tres tipos que confrontados con la realidad de la guerra y la desdicha, responden de forma diferente. Uno se configura como rebelde y héroe, otro como nacionalista que obedece las ordenes de una autoridad superior (aunque dale, se tendría que haber visto venir lo del veneno y debería haberlo detenido) y el último como un parásito dispuesto a consumirlo todo porque ningún precio es demasiado alto.
Los protagonistas escapan a un bosque y encuentran allí un tren en pésimo estado. Cyan comenta que esto es raro, porque casi todos los trenes de Doma fueron destruídos en la guerra con el imperio. Cuando los tres suben a explorar el tren arranca. Ahí el samurai cae en la cuenta de que están viajando en un tren de leyendas, responsable de llevar a las personas al “otro lado”, a la vida después de la muerte cual si fuera Caronte navegando por el río Estigio. El tema es que ninguno de los tres está dispuesto a partir así. Shadow porque no quiere, Sabin porque está intentando volver con sus amigos y Cyan porque preferiría morir en batalla. Con el objetivo de salvarse comienzan un camino dramático hacia la locomotora para intentar detenerla.
La música en esta sección merece una mención especial. Suena como si una banda tocara para los tripulantes y es cruza de high society con dejos fantasmales. A lo largo del tren ocurren distintas cosas como que se te pueden unir fantasmas (en nuestra playthrough les pusimos de nombre Eusebio y Fabián) a medida que progresas, o también podés ir al comedor a reponer energías e incluso pelear contra un extraño tipo, muy similar a Gilgamesh de FF5, que se llama Siegfried y busca robarse un tesoro del tren (algo que finalmente logra). Otros momentos destacables incluyen cuando el grupo es acorralado en un vagón y deben saltar al siguiente para escapar de los espíritus dispuestos a cobrarse su vida.
Cuando logran llegar a la locomotora e intentan detenerla, los héroes se dan cuenta que el tren mismo tiene conciencia y comienza una batalla por su mero derecho a seguir con vida. Esta secuencia los muestra peleando lado a lado para representar su voluntad de vivir. Eso ya de por sí está buenísimo, pero también incluye uno de los momentos más memorables del juego. Sabin puede hacer su Suplex / Meteor Smash para levantar al tren de las vías y lanzarlo contra el piso. Es caricaturesco e increíblemente gracioso. La cuestión es que tras demostrar su valor, la máquina accede a dejarlos ir en la siguiente parada. No es que ellos triunfan, en el sentido en que no le ganás a una tormenta o a un huracán y no vences a la muerte. No se puede derrotar a una fuerza de la naturaleza, pero sí podés lograr sobrevivir; que temáticamente es muy cool.
Al bajar en la parada final ven entrar a muchísima gente; casi como si la guerra con el imperio se hubiera tomado incontables vidas. El momento más dramático llega cuando entre los que suben Cyan reconoce a su esposa e hijo que lo saludan desde el vagón. Ella le promete amor eterno y él que seguirá entrenando con la espada para proteger a su madre. No hay nada que el viejo guerrero pueda hacer al respecto, pero este es el primer momento donde puede bajar un cambio y caer en la cuenta de que su familia se ha ido. Tomamos el control de Sabin mientras Cyan contempla en silencio al tren que se va en un último adiós y Shadow recomienda dejarlo un momento para que procese todo lo que ocurrió. El juego no continuará hasta que interrumpas al samurai y le digas que ya es momento de seguir viaje.
Es increíblemente triste, potente y melancólico. Una de las mejores secuencias del juego. También provoca una linda subversión de una escena común en las guerras del siglo XX. Por lo general eran los soldados quienes se iban en trenes y sus seres queridos los despedían sabiendo que posiblemente morirían por su patria y no regresarían. En esta instancia es al revés, la familia toma el tren para ir a la vida después de la muerte y es el soldado quien desde el andén se despide de ellos para siempre.
El grupo continúa hasta Baren Falls, unas cataratas que los llevarán al continente de The Veldt. Ahí, si ya no lo hizo por su cuenta, Shadow finalmente se despedirá mientras que Sabin le dice que espera volver a pelear a su lado alguna vez. Los dos héroes que quedan finalmente se arrojarán desde la cima hacia abajo como para representar el renacimiento del viejo guerrero, ahora dispuesto a pelear junto a los Returners contra el Imperio.
Sabin y Cyan comienzan a explorar este continente. El nombre The Veldt está tomado de una historia de Ray Bradbury. Mientras de fondo suena un cuasi reggaeton cruza con ritmo africano infernal, llegan a un pueblo donde comentan que hay un joven salvaje que recorre la pradera; casi como si fuera una leyenda urbana. Los hombres lo encuentran y le ofrecen carne seca y alimentos, haciendo que se una a ellos. La secuencia es adorable porque el chico, a pesar de ser un “salvaje” muy a lo Tarzán que “hablar todo así”, reconoce la fuerza de Sabin y se sorprende de cómo brillan la espada y armadura de Cyan, mostrando genuina admiración.
“Vestido en pieles de monstruos, sus ojos brillan con inteligencia. Un joven sobrevive contra todas las posibilidades” lee el texto de presentación. Resulta que Gau tiene esta mecánica donde podés tomar habilidades de monstruos y así nutrir su repertorio de ataques a medida que el joven aprende a imitarlos. A cambio se deja llevar por su lado más bárbaro y no podés controlarlo de forma directa sino que actuará por su cuenta. Lo cómico es que, como Cyan habla en inglés antiguo (por ejemplo, dice “thou” en vez de “you”), Gau intenta imitarlo y comienza a gritar “thou, thou!” mezcla de reverencia con burla ante Sabin que no se puede dejar de reír.
La escena es muy tierna porque, a este punto, el guerrero acaba de perder a su familia y está intentando encontrar otra razón por qué pelear. Encontrarse a este chico le debe recordar a su hijo y da la sensación de que en realidad él necesita protegerlo más de lo que a Gau le hacen falta ellos. El joven los guía hasta conseguir dispositivos de buceo, que le permiten a los héroes sumergirse en una corriente marina y así finalmente volver a South Figaro para reunirse con el resto del grupo.
El escenario de Sabin es sorprendente porque desde una perspectiva muy humana, con personajes con personalidades diferentes y motivaciones únicas, se las arregla para expandir y contextualizar un mundo que está en guerra. Quizás por deber, quizás por amor o quizás por convicción una serie de hombres chocan sus ideales y confrontan la tragedia que surge como producto de la batalla. Pero, lejos de quebrarlos, el viaje fortalece sus espíritus y confirma sus motivaciones para que puedan decir que, efectivamente, aún no están ni cerca del momento donde vayan a poder encontrar la paz. Cuando todo parece perdido y otros tipos se quebrarían es que se llenan de convicción y deciden que la injusticia debe ser combatida, aunque la retórica del enemigo intente justificar sus abusos.